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lunes, diciembre 31, 2007

La Cultura Mexicana

Hace unos minutos compartiendo algunas ideas con una amiga, recordaba
mi admiraciòn por un actor mexicano, a mi juicio, uno de los productos
màs acabado de la cultura mexicana, se trata de Mario Moreno
"Cantinflas", recordaba que la primera vez que escuche un dicurso que
pronuncia en una de sus peliculas, me estremecì, a continuaciòn me
permito compartirlo con ustedes:

"Me ha tocado en suerte ser último orador, cosa que me alegra mucho
porque, como quien dice, así me los agarro cansados. Sin embargo, sé
que a pesar de la insignificancia de mi país que no tiene poderío
militar, ni político, ni económico, ni mucho menos atómico, todos
ustedes esperan con interés mis palabras ya que de mi voto depende el
triunfo de los Verdes o de los Colorados.
Señores Representantes: estamos pasando un momento crucial en que la
humanidad se enfrenta a la misma humanidad. Estamos viviendo un
momento histórico en que el hombre científica e intelectualmente es un
gigante, pero moralmente es un pigmeo. La opinión mundial está tan
profundamente dividida en dos bandos aparentemente irreconciliables,
que dado el singular caso, que queda en solo un voto. El voto de un
país débil y pequeño pueda hacer que la balanza se cargue de un lado o
se cargue de otro lado. Estamos, como quien dice, ante una gran
báscula: por un platillo ocupado por los Verdes y con otro platillo
ocupado por los Colorados. Y ahora llego yo, que soy de peso pluma
como quien dice, y según donde yo me coloque, de ese lado seguirá la
balanza. ¡Háganme el favor!... ¿No creen ustedes que es mucha
responsabilidad para un solo ciudadano? No considero justo que la
mitad de la humanidad, sea la que fuere, quede condenada a vivir bajo
un régimen político y económico que no es de su agrado, solamente
porque un frívolo embajador haya votado, o lo hayan hecho votar, en un
sentido o en otro.
El que les habla, su amigo... yo... no votaré por ninguno de los dos
bandos (voces de protesta). Y yo no votaré por ninguno de los dos
bandos debido a tres razones: primera, porque, repito que no sería
justo que el solo voto de un representante, que a lo mejor está
enfermo del hígado, decidiera el destino de cien naciones; segunda,
estoy convencido de que los procedimientos, repito, recalco, los
procedimientos de los Colorados son desastrosos (voces de protesta de
parte de los Colorados); ¡y Tercera!... porque los procedimientos de
los Verdes tampoco son de lo más bondadoso que digamos (ahora
protestan los Verdes).
Insisto que hablo de procedimientos y no de ideas ni de doctrinas.
Para mí todas las ideas son respetables, aunque sean "ideítas" o
"ideotas", aunque no esté de acuerdo con ellas. Lo que piense ese
señor, o ese otro señor, o ese señor (señala), o ese de allá de
bigotico que no piensa nada porque ya se nos durmió, eso no impide que
todos nosotros seamos muy buenos amigos. Todos creemos que nuestra
manera de ser, nuestra manera de vivir, nuestra manera de pensar y
hasta nuestro modito de andar son los mejores; y el chaleco se lo
tratamos de imponérselo a los demás y si no lo aceptan decimos que son
unos tales y unos cuales y al ratito andamos a la greña. ¿Ustedes
creen que eso está bien? Tan fácil que sería la existencia si tan sólo
respetásemos el modo de vivir de cada quién. Hace cien años ya lo dijo
una de las figuras más humildes pero más grandes de nuestro
continente: "El respeto al derecho ajeno es la paz" (aplausos). Así me
gusta... no que me aplaudan, pero sí que reconozcan la sinceridad de
mis palabras.
Yo estoy de acuerdo con todo lo que dijo el representante de
Salchichonia (alusión a Alemania) con humildad, con humildad de
albañiles no agremiados debemos de luchar por derribar la barda que
nos separa, la barda de la incomprensión, la barda de la mutua
desconfianza, la barda del odio, el día que lo logremos podemos decir
que nos volamos la barda (risas). Pero no la barda de las ideas, ¡eso
no!, ¡nunca!, el día que pensemos igual y actuemos igual dejaremos de
ser hombres para convertirnos en máquinas, en autómatas.
Este es el grave error de los Colorados, el querer imponer por la
fuerza sus ideas y su sistema político y económico, hablan de
libertades humanas, pero yo les pregunto: ¿existen esas libertades en
sus propios países? Dicen defender los Derechos del Proletariado pero
sus propios obreros no tienen siquiera el derecho elemental de la
huelga, hablan de la cultura universal al alcance de las masas pero
encarcelan a sus escritores porque se atreven a decir la verdad,
hablan de la libre determinación de los pueblos y sin embargo hace
años que oprimen una serie de naciones sin permitirles que se den la
forma de gobierno que más les convenga. ¿Cómo podemos votar por un
sistema que habla de dignidad y acto seguido atropella lo más sagrado
de la dignidad humana que es la libertad de conciencia eliminando o
pretendiendo eliminar a Dios por decreto? No, señores representantes,
yo no puedo estar con los Colorados, o mejor dicho con su modo de
actuar; respeto su modo de pensar, allá ellos, pero no puedo dar mi
voto para que su sistema se implante por la fuerza en todos los países
de la tierra (voces de protesta). ¡El que quiera ser Colorado que lo
sea, pero que no pretenda teñir a los demás! --los Colorados se
levantan para salir de la Asamblea--.
¡Un momento jóvenes!, ¿pero por qué tan sensitivos? Pero si no
aguantan nada, no, pero si no he terminado, tomen asiento. Ya sé que
es costumbre de ustedes abandonar estas reuniones en cuanto oyen algo
que no es de su agrado; pero no he terminado, tomen asiento, no sean
precipitosos... todavía tengo que decir algo de los Verdes, ¿no les es
gustaría escucharlo? Siéntese (va y toma agua y hace gárgaras, pero se
da cuenta que es vodka).
Y ahora, mis queridos colegas Verdes, ¿ustedes qué dijeron?: "Ya votó
por nosotros", ¿no?, pues no, jóvenes, y no votaré por ustedes porque
ustedes también tienen mucha culpa de lo que pasa en el mundo, ustedes
también son medio soberbios, como que si el mundo fueran ustedes y los
demás tienen una importancia muy relativa, y aunque hablan de paz, de
democracia y de cosas muy bonitas, a veces también pretenden imponer
su voluntad por la fuerza, por la fuerza del dinero. Yo estoy de
acuerdo con ustedes en que debemos luchar por el bien colectivo e
individual, en combatir la miseria y resolver los tremendos problemas
de la vivienda, del vestido y del sustento. Pero en lo que no estoy de
acuerdo con ustedes es la forma que ustedes pretenden resolver esos
problemas, ustedes también han sucumbido ante el materialismo, se han
olvidado de los más bellos valores del espíritu pensando sólo en el
negocio, poco a poco se han ido convirtiendo en los acreedores de la
Humanidad y por eso la Humanidad los ve con desconfianza.
El día de la inauguración de la Asamblea, el señor embajador de
Lobaronia dijo que el remedio para todos nuestros males estaba en
tener automóviles, refrigeradores, aparatos de televisión; ju... y yo
me pregunto: ¿para qué queremos automóviles si todavía andamos
descalzos?, ¿para qué queremos refrigeradores si no tenemos alimentos
que meter dentro de ellos?, ¿para qué queremos tanques y armamentos si
no tenemos suficientes escuelas para nuestros hijos? (aplausos).
Debemos de pugnar para que el hombre piense en la paz, pero no
solamente impulsado por su instinto de conservación, sino
fundamentalmente por el deber que tiene de superarse y de hacer del
mundo una morada de paz y de tranquilidad cada vez más digna de la
especie humana y de sus altos destinos. Pero esta aspiración no será
posible si no hay abundancia para todos, bienestar común, felicidad
colectiva y justicia social. Es verdad que está en manos de ustedes,
de los países poderosos de la tierra, ¡Verdes y Colorados!, el
ayudarnos a nosotros los débiles, pero no con dádivas ni con
préstamos, ni con alianzas militares.
Ayúdennos pagando un precio más justo, más equitativo por nuestras
materias primas, ayúdennos compartiendo con nosotros sus notables
adelantos en la ciencia, en la técnica... pero no para fabricar bombas
sino para acabar con el hambre y con la miseria (aplausos). Ayúdennos
respetando nuestras costumbres, nuestra dignidad como seres humanos y
nuestra personalidad como naciones por pequeños y débiles que seamos;
practiquen la tolerancia y la verdadera fraternidad, que nosotros
sabremos corresponderles, pero dejen ya de tratarnos como simples
peones de ajedrez en el tablero de la política internacional.
Reconózcannos como lo que somos, no solamente como clientes o como
ratones de laboratorio, sino como seres humanos que sentimos, que
sufrimos, que lloramos.
Señores representantes, hay otra razón más por la que no puedo dar mi
voto: hace exactamente veinticuatro horas que presenté mi renuncia
como embajador de mi país, espero me sea aceptada. Consecuentemente no
les he hablado a ustedes como Excelencia sino como un simple
ciudadano, como un hombre libre, como un hombre cualquiera pero que,
sin embargo, cree interpretar el máximo anhelo de todos los hombres de
la tierra, el anhelo de vivir en paz, el anhelo de ser libre, el
anhelo de legar a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos un
mundo mejor en el que reine la buena voluntad y la concordia. Y qué
fácil sería, señores, lograr ese mundo mejor en que todos los hombres
blancos, negros, amarillos y cobrizos, ricos y pobres pudiésemos vivir
como hermanos. Si no fuéramos tan ciegos, tan obcecados, tan
orgullosos, si tan sólo rigiéramos nuestras vidas por las sublimes
palabras que hace dos mil años dijo aquel humilde carpintero de
Galilea, sencillo, descalzo, sin frac ni condecoraciones: "Amaos...
amaos los unos a los otros", pero desgraciadamente ustedes entendieron
mal, confundieron los términos, ¿y qué es lo que han hecho?, ¿qué es
lo que hacen?: "Armaos los unos contra los otros"
He dicho..."

Como pudimos apreciar es un discurso que habla sobre el socialismo
versus capitalismo, el discurso es de 1967, osea hace màs de 40 años,
lo curioso es que aunque ya cayo el socialismo en la mayor parte del
mundo y vivimos bajo un capitalismo exacerbado, el discurso es muy
actual, y nos plantea ¿cuàl es el rumbo de la humanidad? hacia donde
estamos yendo, la tecnologìa crece y nos trae las comodidades y
beneficios pero tambièn nos cobra una factura muy alta. El afan de
poder en todo el mundo hace lo suyo, la miseria es una realidad en
gran parte del mundo. ¿dònde estàn las ideas que cambien las cosas? o
¿apagamos las luz y nos vamos?

from Edgar

Gracias por su visita!!